lunes, 11 de mayo de 2009

Un debraye postmodernista


Se ha sabido siempre que al empezar estas confesiones uno no puede decir que no lo sintió de esa manera, aunque en efecto así sea. Verás, cuando escribes lo haces porque el chamuco se te ha metido escuchando cualquier cosa, puede ser Madonna o los gritos de tu mamá diciendo que bajen a comer. No es verdad ese cliché de que te prendes el porro y de que la lluvia te asesora por tus caminos del debraye mental, no no, no existe tal derrumbe anímico, es de lo más común de verás cuando el chamuco te inspira y te revolotea en el corazón una felicidad "locadeatar"; y como me gusta esa palabra, será porque me la imagino ¿sabes? La imagino bien excitada y gritona … ah! como me gusta que las mujeres griten, es algo que me gusta de las mujeres, de los hombres no. Y así es la cosa… el reajuste que en el otro aviva una confesión insana se queda ahí, en un estremecimiento que le nubla los sentidos y luego la vida sigue, porque las cartas nunca trascienden a más, es por la misma razón que dejé de escribirlas. ¿Qué qué sentido tiene presentarte vulnerable ante un pendejo que alimente su ego y sensibilice un poco su almita de puerco espín? Pues ninguno chingado, que no tiene tanto caso demostrar el sentimiento al rojo vivo, ni qué no estuviésemos ya suficientemente atolondrados de caos interno... puras chaquetas mentales, lo de hoy es vivir al día, siéntela que el mundo se ha pasado la historia por los huevos y el futuro se quedo para los hombres grises, las mentes estrechas y retrogradas; así como las cartas que se quedaron en el modernismo. Los textos entonces me quedan como un bonito regalo para el que lo recibe como una circunstancia de la que no saldrán, (ESCUCHENME BIEN) no saldrán, nuevas ocasiones de arrepentimiento o de lucha por recuperar lo que está perdido. Lo cierto es, que todo parece haberse condensado entre las sonrisas diminutas que te relinchan los días que te veo feliz, es bueno verte feliz, eso no me desconcierta nada, y es que creo que lo tienes todo, me da gusto por ti. Sí hoy tuviera que pedir un deseo y se me hiciera realidad sería sonreír natural como tú, ser inmune al exterior y tener la fortaleza para gritarle al mundo lo equivocado que estaba sobre mí. Hoy se me brinda una posibilidad única…